- Trituradora de cono
- MCO 110 PRO
- Trituradora de mandíbulas
- MC 120 PRO
- Instalación de cribado
- MSC 953 EVO
Pionera en Escandinavia
Cadena de instalaciones de Kleemann totalmente eléctricas en Suecia
En la región costera de Estocolmo, la empresa Kentas Last & Schakt AB está dando un notable paso hacia el futuro: Todo el proceso de trituración y cribado se lleva a cabo de forma totalmente automática, con una cadena de instalaciones interconectadas de Kleemann, compuesta por una trituradora de mandíbulas MOBICAT MC 120 PRO, una trituradora de cono MOBICONE MCO 110 PRO y una instalación de cribado MOBISCREEN MSC 953 EVO. Esto convierte a la empresa en una de las pioneras del sector en Escandinavia.
El abanico de aplicaciones es muy amplio: Kentas Last & Schakt AB procesa principalmente granito y material reciclado. Por lo tanto, el material de trituración varía mucho, por lo que hay que adaptar con frecuencia los ajustes de la máquina. La empresa optó por una cadena de instalaciones compuesta por tres máquinas de Kleemann: Desde la trituradora de mandíbulas, el material triturado con una granulometría de 0–150 mm pasa a la trituradora de cono; a continuación, con una granulometría de 0–60 mm, a la instalación móvil de cribado, donde se separa en tres granulometrías: 0–16 mm, 16–32 mm y >32 mm.
Sin embargo, hay una diferencia con las (anteriores) cadenas de instalaciones clásicas: Toda la cadena funciona exclusivamente con electricidad. «Nuestra decisión a favor del funcionamiento totalmente eléctrico estuvo motivada por aspectos de ahorro energético y el deseo de reducir las emisiones», explica el copropietario Freddie Erickson.
«Los costes operativos de la alimentación de tensión son aproximadamente la mitad que los del diésel».
Freddie Erickson, copropietario de Kentas Last & Schakt AB, está convencido de que el cambio al funcionamiento totalmente eléctrico fue una decisión inteligente, tanto para el medio ambiente como para la eficiencia de la empresa.
La cadena de instalaciones no solo destaca en términos de sostenibilidad. La inversión también compensa económicamente: «Los costes operativos de la alimentación de tensión son aproximadamente la mitad que los del diésel», explica complacido el empresario. Los procesos también se han simplificado: no se requiere repostar a diario, no hay tiempos de calentamiento e incluso el mantenimiento se ha vuelto más sencillo, los sistemas eléctricos han demostrado ser más fiables.
Por supuesto, esta conversión no estuvo exenta de esfuerzos financieros y logísticos: Kentas Last & Schakt AB invirtió una elevada cantidad de 6 dígitos de euro en medidas de infraestructura, incluida una subestación transformadora y cables subterráneos. No hubo ninguna subvención estatal. Pero las condiciones del emplazamiento eran tan buenas que el proyecto pudo realizarse con éxito.
Al principio hubo que invertir en la subestación transformadora y los cables. Pero una vez creada la infraestructura, las ventajas superaron a los inconvenientes.