El ahorro de tiempo es un factor de éxito del método de reciclaje en frío in situ
El tiempo es otro factor de éxito del reciclaje en frío in situ, como se denomina esta aplicación. Acortar la duración de la obra de 12 semanas a 4 días solo fue posible gracias a que no hubo que transportar ningún material. La planificación de la obra en sí había previsto excavar ambos carriles a 54 centímetros de profundidad y renovarlos desde la base. Esto suponía una acumulación de 7500 m³ de material que habría que haber transportado desde la obra para a continuación sustituirlo por el correspondiente material nuevo. Incluidos todos los trabajos correspondientes, la sustitución de ese material daba lugar al plazo de construcción planificado de 12 semanas. El reciclaje en frío in situ hace innecesaria la sustitución del material, ya que permite reutilizar el material existente in situ («in-place» en inglés). Añadiendo cal y betún espumado como ligantes y utilizando todos los materiales ya existentes se produce directamente in situ un nuevo material de construcción de alta calidad. El nuevo material estabilizado con betún (BSM, por sus siglas en alemán) ejerce como «columna vertebral» de la populosa carretera y se puede volver a transitar por ella de inmediato en cuanto se concluye un tramo.
Flexibilidad gracias a las anchuras de trabajo adaptables
En la obra, la anchura de vía oscilaba entre 2,75 m y 3,25 m. Por tanto, la recicladora en frío W 380 CR se utilizó allí con su anchura de trabajo estándar de 3,8 m con una unidad del prestador de 3,2 m de anchura de trabajo. El innovador sistema MCS permitió hacer el reequipamiento incluso en la propia obra.
El diseño mixto para la nueva capa de BSM y las pruebas de la estructura de carretera existente corrieron a cargo de la Universidad del Miño. En dichas pruebas se constató que la base de la carretera aún ofrecía suficiente capacidad portante como para que una capa de BSM más una capa de rodadura nueva de asfalto constituyera una alternativa duradera a la convencional nueva construcción, que supone un alto coste. Para elaborar la nueva capa de BSM había que incorporar a la mezcla 7 kg de cal por metro cuadrado. La cal se aplicó directamente sobre la calzada antigua antes del proceso de mezcla. El Streumaster SW 5 RC unido a un tractor John Deere se encargó de una distribución ideal gracias a su grupo esparcidor especialmente preciso. La anchura de trabajo máxima de 2,5 m exigió que el esparcidor recorriera dos pistas para alcanzar la anchura de trabajo de 3,2 m del CR. La aplicación limpia y el ajuste adaptado de la anchura de trabajo permitieron garantizar una especial precisión en el esparcido, lo que mantuvo los costes al nivel mínimo posible.